lunes, 1 de agosto de 2011

Cada lugar parece ser una reminiscencia de algo, en los muros se anidan vestigios de historias oxidadas, en el aire retumban ecos de voces perennes,por todas partes pululan horas resistiendoce a ser olvidadas y nuestra imagen en la lluvia sucia sobre el cemento refleja que no somos más que un enjambre absurdo e incoherente de recuerdos. 
Sobre mi juventud recae un recuerdo con todo su peso y me pregunto si se es resistente o si pueden ser los recuerdos misteriosos homicidas, si serán  inmunes a la humedad de abril que me empaña mientras camino, si se extirán como ese hálito de aliento congelado que nace y muere repentinamente al salir de mi boca, bajo el umbral de mi puerta me pregunto si el frío en nuestras manos añorará el calor de nuevas memoriassi se podrán alterar los recuerdos.

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