miércoles, 28 de diciembre de 2011

Boca arriba

(No estaba el sol ni la luna, solo el cielo repleto de nubes sin reina ni rey).


El nuevo paisaje entró por sus vidriosos ojos y viajó por su sangre hasta estremecerla en su vientre, sintió que todos los pájaros que cantaron esa mañana para despertarla volaron más abajo de su ombligo.

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